Tras la batalla advirtieron un olor que se imponía sobre el de la herrumbre y la sangre seca en las armas: El olor a Gloria.
Con estas palabras se abría Gothia, una malograda "novela de caballerías" (de la que conservo el prólogo, primer capítulo, el borrador del segundo y un esbozo del resto del argumento) que comencé a escribir espoleado, como parte de un juego, por mi amigo Alex Lozano. Aquella labor dejó de tener sentido un ocho de enero cuando, con apenas treinta años, cabalgó prematuramente hacia la inmortalidad bajo escolta de todos aquellos personajes (Ramiro, caudillo de los godos; el felón Alarico; Baraquías "el Rayo", guardián de la tumba del Apóstol Santiago; Paulf y Carolo de Betia; Augusto de Tritonia, Tolomeo "el Joven"; o Aleixandre "el Nigromante", príncipe de Bizancio). In memoriam.
SIT TIBI TERRA LEVIS
Sin duda que es un inicio de altura, con sabor a poema épico clásico, y que, como no podía ser de otra manera, me trae a la mente la saga "Forja de mitos". Resulta curioso, dramático y melancólico como ciertas historias dependen de las personas que nos las inspiraron o de aquellos para quienes iban dirigidas, y como una vez desaparecidas estas personas (bien de nuestras vidas, bien del mundo terrenal), dejan de tener sentido y nos dejan huérfanos en ese proceso creativo. Fue una lástima que Ale no viviese para (aparte de vivir su vida hasta "el final") ver ni el Episodio III ni para leer el guión de "El guerrero en la sombra". Otros vivieron para leerlo y apenas meses después se les deberían haber quebrado la voz y los ojos con que fueron testigos de aquello. Como decían los Maiden, "Only the good die young - All the evil seem to live forever". Suena a tópico, pero en este caso es una verdad tan grande como una batalla épica en pos de la gloria.
ResponderEliminarQuizás es un trágico homenaje a su amigo malogrado que también se malograra su novela. Quizás su novela se merezca la vida que su amigo no puedo disfrutar. Sea como fuere, el comienzo es en sí mismo una obra épica. Enhorabuena.
ResponderEliminarMuchas gracias a los dos por sus generosos elogios.
ResponderEliminarAunque reconozco que soy un crítico demoledor para mi propias obras, les aseguro que el resto de la novela no estaba a la altura del inicio ni en tono ni estilo (los argumentos, tramas y personajes si eran un derroche de imaginación como en cualquier obra del género en cuestión).
Así que pude decirse que, con este microrrelato que han leído, lo que hice fue salvar lo salvable. (Como todas esas películas que nos dejan pegados al asiento con un arrranque ejemplar y luego no cumplen las expectativas).
Como siempre, gracias por participar.
D.E.P. aquel que fué el último caballero afítico nombrado.
ResponderEliminarLe animo a que continue con esa obra o en su lugar escriba otra nueva, no nos irá a privar de su lírica y prosa.
ResponderEliminarUn saludo!
Buena observación y buena memoria, Sr. Bartola.
ResponderEliminarHerr Scharn, vd. si que no debe privarnos tanto tiempo de sus desternillantes historias.
He añadido al final de esta entrada el, a mi juicio, más hermoso de los epitafios. "Que la tierra te sea leve".
Alejandro pasa la eternidad bajo una soleada tumba en la ladera de una montaña orientada hacia la luz del Mediterráneo. Allí la mirada de un unicornio guarda su sueño hasta el día en que los caballeros afíticos sean nuevamente reclamados.