domingo, 16 de enero de 2011

Ni en sueños

Todos soñábamos con que este año el Balón de oro recayera en un español, Xavi e Iniesta eran finalistas e incluso la Gazzetta dello sport filtró el nombre del manchego como ganador. Los dos eran campeones de Liga y sumaban el campeonato del mundo al título europeo conseguido hace dos años. Pero nada, ni por esas.
Un anuncio de una conocidísima marca deportiva emitido con ocasión del Mundial nos dio bastantes pistas, pero no supimos interpretarlas: Drogba, Cannavaro, Ribery, Cristiano Ronaldo... todas las estrellas de la firma soñaban como sería su vida y sus países si ganaban el campeonato del mundo ¿Todas? ¡No! Los españoles Piqué, Cesc y el propio Iniesta eran los únicos que ni siquiera aparecían sobre el campo: se les veía sentados tirando un periódico con enfado tras leer que la campeona era la Inglaterra de Rooney. Y es que, a los españoles, no se les permite ganar ni en sueños. Tal era así que, cansados de tanta frustración onírica, los chicos de la Roja no tuvieron más remedio que hacerlo realidad.
El Balón de oro es como los Oscar de Hollywood: como todo trofeo, no siempre deja sensación de ser justo. En el cine al menos queda el consuelo de que el tiempo deja las cosas en su sitio y las películas se revalorizan o devalúan con los años. Por ejemplo Perdición, de Billy Wilder, es considerada una obra maestra de forma unánime, mientras nadie recuerda ya Siguiendo mi camino (con Bing Crosby haciendo de cura), la película que le arrebató el Oscar en 1944. Pero el fútbol, a diferencia del cine, es un efímero "arte de lo inmediato". Un partido se juega y la crónica queda para los anales, pero rara vez vuelve a visionarse. Prácticamente ningún aficionado al fútbol ha visto ningún partido completo de los ídolos de la generación anterior. Así que los jóvenes aficionados de hoy día no son conscientes de lo ridículo e incomprensible que nos resulta que gente como Papin o Matthias Sammer tengan un galardón que no recibieron Klinsmann ni Maldini (por citar sólo un par de ejemplos).
Nadie duda que Messi sea el jugador más espectacular, explosivo y desequilibrante del planeta y decir que no merece el trofeo sería una barbaridad, pero desde que el Balón de oro y el FIFA world player se unificaron en 1995 (antes el trofeo estaba limitado a jugadores del continente europeo), una ley no escrita dictamina que los años de Eurocopa y, sobre todo, Mundial, consagran a un jugador de la selección campeona. Al menos ésa fue precisamente una de las excusas para no reconocer a Raúl González (y mis escasos lectores saben que no soy nada sospechoso de madridismo), un hombre que, además de serlo todo en el Real Madrid, ganó con su equipo la friolera de seis Ligas y tres Copas de Europa.
¿Qué queda al final? Una sensación de injusticia y frustración generalizada. Porque, si a estos chicos no les ha servido de nada ganarlo todo con sus clubes y selección... ¿cuándo le darán el balón de oro a un español?
Yo, por si acaso, le recomendaría a Luis Suárez que duerma con el balón de oro bien agarrado. No sea que vengan durante la noche y se lo arrebaten aprovechando su sueño.

Luis Suárez. Único balón de oro español hasta el momento
(y por lo que se ve, a perpetuidad), contempla su trofeo. Que tenga cuidado...

3 comentarios:

  1. Quizás sea la manera que tienen los franchutes y la FIFA de desquitarse ante la honda frustación que les hace sentir el que seamos campeones de todos.
    Yo creo que Blatter y Platini todavía tienen urticaria por habernos tenido que entregar la Eurocopa y el Mundial.

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  2. Lección ilustrativa de timos y/o tongos descarados en la historia del Balón de Oro durante nuestra era:

    - 1982: Paolo Rossi. Si mal no recuerdo (vagamente), un delantero "pescaero" que además ya empezaba la cuesta abajo de su carrera. Si no me equivoco, su único mérito fue ser pichichi y ganar el mundial con Italia.

    - 1991: Jean Pierre Papin. Todo un ejercicio de ombliguismo, onanismo y chovinismo gabacho. Se lo dieron por ganar una liga con el Olympique de Marsella siendo pichichi con 23 goles y por perder una Champions contra el Estrella Roja de Belgrado. El segundo clasificado, a "sólo" 99 puntos, fue un tal Dejan Savicevic, quien jugaba en cierto equipo de la antigua Yugoslavia que creo recordar consiguió algún titulillo aquel año... Yo que France Football le habría dado el trofeo a Papin en 1993, después de saberse que el Olympique había comprado árbitros a troche y moche en Francia para ser campeón y así llegar a ganar la única Copa de Europa que tienen los gabachos. Como reza el clásico, "que se note que es provocado". Por cierto, siguiendo con el "juego" de Daffari de establecer analogías entre ganadores mediocres del Balón de Oro y grandes futbolistas que jamás lo fueron, su compatriota Thierry Henry -un jugador infinitamente superior- se tuvo que conformar con ser una vez segundo (2003) y otra tercero (2006).

    -1996: Matthias Sammer, a quien se lo dieron por ganar la Eurocopa con Alemania. Siguiendo con las analogías, su compatriota Bernd Schuster –una vez más, un jugador infinitamente superior- se tuvo que conformar con ser una vez segundo (1980) y otra tercero (1981).

    -2001: Michael Owen. No ganó NADA con el Liverpool (ni con Inglaterra, ya que no se jugaba ninguna competición internacional aquel año) esa temporada y los años demostraron que, como tantos otros, era un jugador de esos que explota a los 18 y se deshincha pasados los 20. El segundo aquel año fue un tal Raúl González Blanco, que como ganó varias ligas y Copas de Europa con el Madrid, se quedó sin premio por no ganar nunca nada con su patética selección. Analogías volumen 3: sus compatriotas Frank Lampard y Steven Gerrard –ambos jugadores infinitamente superiores- se tuvieron que conformar con ser segundo y tercero respectivamente en 2005, año en que, por cierto, el capitán del Liverpool era el líder del equipo que ganó la Copa de Europa en la mítica final de Estambul.

    -2002: Ronaldo. Ya empezaba a estar gordo pero ganó la Copa de Europa con el Madrid y el Mundial con Brasil, además de ser pichichi. Su mejor versión (la del Barça, por supuesto) ya había pasado muy pero que muy de lejos, pero claro, qué se podía esperar en un año en que el tercer clasificado fue Oliver Kahn... Por cierto, que el capitán y “alma mater” de aquel Real Madrid era un tal Raúl González Blanco, pero claro, como era año de mundial... ¡Aaaaaah, se siente!

    -2006: Fabio Cannavaro. El coño de la Bernarda. Ya puestos se lo podrían haber dado a Berlusconi.

    ...Y llegamos al inefable 2010, año en que Xavi Hernández y Andrés Iniesta, después de ganarlo TODO, TODO y TODO durante años con su club y de ser campeones de Europa en 2008 con su selección, se quedaron sin premio porque la risible España volvió a caer en cuartos de final de un mundial. Si es que... ¡¿así cómo cojones vais a ganar alguna vez el Balón de Oro?! Rien de rien.

    Concluyendo: el Balón de Oro no lo ganaron jamás ni Savicevic, ni Henry, ni Raúl, ni Lampard, ni Gerrard… ¡ni Schuster!

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  3. Al Sr. Bartola:
    Aun a riesgo de que nos diagnostiquen "manía persecutoria" estoy de acuerdo con su más que razonable sospecha. La he pasado por alto en mi artículo simplemente por una cuestión de estilo y elegancia (algo de lo que, como vemos, carecen los señores de FIFA y France Football). Por cierto, un placer volver a encontrarle en esta su casa.

    Al Sr. O'Dhurann:
    Estoy más o menos de acuerdo con su "Memorial de agravios" con alguna excepción. Ciertamente Paolo Rossi fue el típico ejemplo de delantero italiano oportunista que con el mínimo esfuerzo saca la mayor rentabilidad (como hoy día Inzaghi para entendernos), pero también fue un futbolista completísimo que podía jugar en la mediapunta o incluso de extremo. Sin él, no hay duda de que Italia no hubiera sido campeona en un año nefasto para su fútbol y creo que, en ese sentido, el premio era innegable. Si debiera haber alguna razón para que no estuviera en esa lista fue de tipo ético (o fairplay que le llaman hoy día), ya que estuvo implicado y condenado en el famoso escándalo del "totocalcio" (añaños relacionados con las apuestas) y ése si que debió ser un motivo para no nominarlo.
    En cuanto a Matthias Sammer... ¿qué decir de un jugador que sus propios compañeros de selección despreciaron ese mismo año de 1996 porque, siendo el teórico líder del equipo, rechazó tirar un penalti en la tanda de semifinales contra Inglaterra?
    Papin... ejemplo de jugador justamente olvidado. Por cierto, posteriormente su balón de oro también estuvo salpicado por la polémica, ya que lo consiguió el año que su equipo, el Olympique de Marsella, compró partidos en varias competiciones (Liga y Copa de Europa).
    El caso de Cannavaro también es curioso: Año de mundial, la lógica indicaba premiar a un jugador del equipo campeón, pero en el fútbol existe una extraña lógica a la hora de valorar a los jugadores, que si bien es normal entre los aficionados de a pie, debería afectar menos a los profesionales y entendidos:
    1º se reconoce a los que marcan los goles, es decir, a los delanteros (aunque sólo tengan que empujarla).
    En 2º lugar a los que crean los goles o las jugadas (que en la mayoría de los casos deben ser mucho más "futbolistas" que un delantero"), es decir, a los centrocampistas.
    En 3er. lugar a los que parte de su trabajo es destruir el juego rival (¡ojo, que nos guste o no eso también es fútbol!) es decir, a los defensas.
    Y en 4º y últimísimo lugar aquellos cuya labor es evitar los goles (tarea, en ocasiones tan espectacular como marcarlos o crearlos), es decir, los porteros.
    La cuestión es que, debido a este injusto baremo, muchos creemos que Gigi Buffon se quedó sin ese balón.
    Alguna vez hay que empezar a reivindicar que en el fútbol, como complejo y elaborado deporte de equipo, no puede medirse a todos sus participantes usando como único patrón el gol. Sería tan ridículo como juzgar a Messi o Cristiano Ronaldo tras ponerlos a jugar de defensas.
    Un saludo.

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