Artista: DEPECHE MODE. Título: SONGS OF FAITH AND DEVOTION. Fecha de publicación: 22 de marzo de 1993.
Último álbum de Depeche Mode como cuarteto. Flood, que ya fue productor del grupo en el incontestable y ya clásico Violator (1989), había propuesto llevar los equipos de grabación hasta una villa alquilada en la que convivir y trabajar juntos "y todo será maravilloso". Tan "maravilloso", que un año después Alan Wilder (líder en la penumbra del estudio de grabación) abandonaría la banda en plena gira hablando pestes de otros miembros y Dave Gahan (ayer, como hoy, una de las voces de referencia en la historia de la música pop) trataría de suicidarse por sobredosis. Tras convertirse en una de las bandas referenciales de techno-pop, el grupo optó para su octavo trabajo por sonidos más rockeros con guitarras eléctricas distorsionadas, baterías acústicas y menos protagonismo de los sintetizadores y la música programada. Crítica y público, con no poco desnorte, atribuyeron la cosa a la eclosión del grunge, cuando lo que en realidad planea sobre el disco es la sombra del Achtung Baby de U2 (en el que el propio Flood había participado como ingeniero de sonido). Martin Gore, autor de todas las canciones, se recrea de forma tormentosa en temas como el amor y la culpabilidad, bien sean tratados juntos, por separado, entrelazados y (como el título del disco anuncia) aderezados con ecos bíblicos y religiosos (¿hay quien dé más?). Cuatro años después y, contra todo pronóstico, la banda resurgiría en todo su esplendor como terceto en Ultra, pero esa es ya otra historia.
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